lunes, 30 de julio de 2012

Debates: Feinmann sobre Milcíades Peña

"En cuanto a Milcíades Peña, escribe dos frases definitivamente equivocadas. Lo eran porque ni Perón ni nadie podía llevarlas a cabo. “El peronismo (dice) no modificó la estructura tradicional del país, es decir las relaciones de propiedad y la distribución del poder existentes". Y también condena a los planes quinquenales porque su punto de partida “era la propiedad privada capitalista”. Desde este punto de vista, todo lo que hizo el peronismo en beneficio de los necesitados, de los peones de estancia, de los obreros era nada. Peña pensaba como un marxista de los sesenta y pensaba en la Revolución Cubana. En suma, le pedía a Perón, en los cuarenta, ser el Fidel Castro de 1959. Imposible petición, exagerada, ajena a todo contexto histórico, a toda relación de fuerzas. Cuando, en mi curso sobre peronismo, leí el resumen que hace Milcíades de la “revolución peronista”, el auditorio estalló en una carcajada. Veían, desde el presente, desde este presente oprobioso para los humillados, los excluidos, los marginados, los condenados a la prostitución, a la delincuencia o al trabajo esclavo, las exigencias de un marxista que escribía desde los sesenta, desde la post Revolución Cubana. Porque el texto final de Milcíades es el siguiente: “Sindicalización masiva e integral del proletariado fabril y de los trabajadores asalariados en general. Democratización de las relaciones obrero-patronales en los sitios de trabajo y en las tratativas ante el Estado. Treinta y tres por ciento de aumento en la participación de los asalariados en el ingreso nacional. A eso se redujo toda la ‘revolución peronista’”. ¿Treinta y tres por ciento de aumento en la participación de los asalariados en el ingreso nacional? Milcíades, hoy, eso, sería más que el Palacio de Invierno"...

José Pablo Feinmann en "Peronismo, Filosofía política de una obstinación argentina, Clase N° 12"


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