En cuanto a Righi, insistamos: el hombre que da ese discurso
conmovedoramente humanista formaba parte esencial (era, nada menos, que
el ministro del Interior) del gobierno de la Juventud Peronista. Así que
jodan un poco menos preguntándose: ¿cómo habría sido un gobierno de los
montoneros y el ERP? Nunca pudo haber existido ese gobierno. Jamás
podrían haberse apoderado de él. En cambio, sabemos muy bien cómo fue un
gobierno de la Juventud Peronista. Fue un gobierno cuyo ministro del
Interior dijo:
1) “Es habitual llamar a los policías guardianes del orden. Así
seguirá siendo. Pero lo que ha cambiado, profundamente, es el orden que
guardan. Y en consecuencia, la forma de hacerlo.”
2) “Un orden injusto, un poder arbitrario impuesto por la violencia,
se guarda con la misma violencia que lo originó. Un orden justo,
respaldado por la voluntad masiva de la ciudadanía, se guarda con
moderación y prudencia, con respeto y sensibilidad humanas.”
3) “Dije que la Policía tendrá nuevas obligaciones y quiero enumerar
algunas de ellas. Tendrá la obligación de no reprimir los justos
reclamos del pueblo. De respetar a todos sus conciudadanos, en cualquier
ocasión y circunstancia. De considerar inocente a todo ciudadano
mientras no se demuestre lo contrario. De comportarse con humanidad,
inclusive frente al culpable.”
4) “En la Argentina nadie será perseguido por razones políticas.
Nadie será sometido a castigos o humillaciones adicionales a la pena que
la Justicia le imponga.”
5) “La sociedad debe protegerse del delito, pero será ineficiente si
no comienza por comprender que sus raíces no están en la maldad
individual sino en la descomposición de un sistema que no ha ofrecido
garantías ni oportunidades.”
6) “Las reglas del juego han cambiado. Ningún atropello será
consentido. Ninguna vejación a un ser humano quedará sin castigo. El
pueblo ya no es el enemigo, sino el gran protagonista.” (...)"
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