jueves, 13 de diciembre de 2012

Textuales: Anguita, la izquierda y el peronismo

"Quien escribe estas líneas fue militante del PRT-ERP y no coincidía (desde un lugar irrelevante por cierto y aceptando su compromiso revolucionario por encima de sus posturas personales) con la visión del peronismo planteada por Mario Santucho que lideraba las posiciones políticas de la dirigencia perretista. A principios del ’73, recién vuelto de Cuba donde estuvo tras la fuga de Rawson, Santucho estaba convencido de que la llegada de Perón a la Argentina era para salvar el capitalismo. El mismísimo Fidel Castro le había marcado sus diferencias con esa postura. Quien escribe estas líneas, cuando se creó el ERP 22 de agosto, pensó en sumarse a esa fracción, para dar apoyo al gobierno de Cámpora. Fue Daniel Hopen, un tipo más que lúcido, que me advirtió algo sustantivo en los procesos revolucionarios: “En el ERP 22, lamentablemente, no hay capacidad dirigente. El único líder es el Negro Roby…” Hopen ya había dado el paso fuera del PRT y este humilde militante siguió los consejos de quien era su referente teórico y conceptual. Poco tiempo después, pero eso ya es otra historia, yo caía preso y en el ’76 Hopen era secuestrado y está desaparecido.

Este comentario puede ayudar a que el lector despeje la cuota de subjetividad que cada cual tiene, de acuerdo a su historia, con el peronismo y la izquierda. Ya en aquellos años sobraban los ejemplos de militantes, dirigentes sindicales e intelectuales que se sumaban al peronismo sin dejar de ser de izquierda ni tener el complejo de que perdían “su cultura de izquierda(s)”. Pero en ese entonces, para muchos militantes –incluidos los de Montoneros, FAR o FAP– había un tema crucial: la organización revolucionaria. Ni más ni menos que el núcleo de acero, en términos más leninistas. El partido de cuadros era condición sine qua non para una revolución hecha e izquierda.

Tal como me advertía mi compañero de militancia, cárcel y trabajo periodístico Alberto Elizalde, no podría afirmarse de ningún modo que Perón no vino a salvar el capitalismo. Es decir, es obvio que muchos sectores de la derecha peronista y no peronista confiaban en que ese sería el rol del gran caudillo popular. Y lo sucedido en Ezeiza el 20 de junio del ’73 seguido del desplazamiento de Héctor Cámpora fueron muestras de cómo el proceso iba para la derecha. Lo más claro es que la veintena de leyes transformadoras enviadas por Cámpora al Congreso fueron ignoradas por el Parlamento que lo aplaudió el 25 de mayo, apenas 49 días antes. Pero eso no justifica ni el copamiento del Comando de Sanidad del Ejército ni la muerte de José Rucci. Tampoco justifica el análisis posterior –que no fue exclusivo del PRT y Montoneros– de que el campo popular podía estar a la ofensiva y doblarle el brazo a la derecha. Las luchas de esos años, como en muchos procesos trágicos, alimentan el espíritu de dignidad y valentía de muchos militantes y constituyen un legado para nuevas gestas. A veces ayudan también a que el respeto a la sangre derramada se confunda con el análisis crítico y la diversidad de opiniones. El análisis no puede quedarse ni en la épica ni en las pérdidas.

Pasadas cuatro décadas o más, no hay en vistas una revolución en los términos que esperábamos quienes integramos las organizaciones revolucionarias. Tampoco hay un contexto de Guerra Fría con un bloque soviético y otro estadounidense y las expectativas de bloques de naciones que pudieran quedar libres de capitalismo. Ahora el capitalismo está realmente en crisis, pero no hay un modelo de contraparte que permita mirar y emular modelos. Hay expectativas de cómo quedará la relación de fuerzas en el plano internacional, pero con demasiados países poderosos que reparten su riqueza con mucha inequidad.

El peronismo, como tantos movimientos populares, está instalado en el inconsciente colectivo de buena parte de la militancia social y política como la memoria de la resistencia y de la heroicidad.

Siguiendo a Alejandro Horowicz en su buen estudio de Los cuatro peronismos, no es un descubrimiento que en su historia siempre estuvo instalada la idea del peronismo como puerta de acceso al liberalismo o el neoliberalismo. Y que esta situación no es ajena a muchos dirigentes del Partido Justicialista que están esperando que pase y termine este ciclo tan conmovedor e imprevisible.

Pero cosas similares pasan en otras naciones latinoamericanas con fuerzas cuya historia política es más o menos democrática, más o menos popular (o “populista” en una versión pretenciosa de ciertas mentes que se consideran “la izquierda”) como el peronismo.

El territorio político en el cual se desarrolla esta etapa de la Argentina tiene muchos vasos comunicantes con las historias argentinas (en plural) y jamás cerró las puertas a las miradas y las conductas “por izquierda”. Al revés, son más que valoradas las trayectorias de militancia y compromiso a la hora de sumar cuadros de organizaciones sociales, sindicales, de Derechos Humanos, académicos, comunicadores, etcétera. Y logró armar un gobierno de mayorías con consignas que, ni remotamente, lograban consensos de más del 25% de la sociedad hasta pocos años atrás. No sólo los de los juicios a genocidas sino también en prácticas que colocan al Estado con un rol activo y hasta capaz de actuar sobre empresas multinacionales.

Se creó un mito entre cierta gente de “izquierda”. El de que pertenecer a esa cultura requiere ser sumamente conservador. Es decir, mirar un relato del pasado en el que uno se delata como de izquierda cuando lleva un kit completo de cosas anteriores (ciertas lecturas o dogmas o personajes centrales de la historia que no estuvieron contaminados por el policlasismo peronista). Y, la verdad, ser de izquierda era otra cosa totalmente distinta para muchos que no despreciábamos la teoría ni el análisis serio del presente que nos tocaba vivir. Ser de izquierda era organizar a los sectores sociales más desposeídos, buscar a los grupos y personas con más disposición y audacia para ser representantes en sus lugares de trabajo o sus barrios. Era la decisión de encontrar el momento justo para disputar a los poderosos y dar muestras al resto de la sociedad de que el cambio era posible. Era, en definitiva, ir sumando fuerzas para que la correlación resultara, paso a paso, más favorable para los sujetos sociales y políticos decididos a liberar al país y al pueblo.

...las dudas pueden desgranarse y son motivo de consideraciones para no comprar ningún kit completo a la hora de las imprescindibles abstracciones e imprescindibles valoraciones que cada persona o grupo político haga de este territorio extenso y en movimiento llamado kirchnerismo. Pero, más allá de eso, en algo uno puede definirse como revolucionario, aun sin tener una cultura de izquierda. Es en la disposición a poner el cuerpo y comprender cabalmente que, para ganar en una disputa tan desigual, hay que atreverse, hay que tener una profunda convicción de que luchar vale la pena"

En Tiempo Argentino, 22 de mayo de 2012: "Izquierda y peronismo: los ‘70 y el presente", por Eduardo Anguita
 

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Textuales: "La Vida por Perón", de Juan M. Vigo

"Hoy como ayer la emancipación económica de esos mismos pueblos hermanos depende en gran parte de lo que hagamos los argentinos, tarea en la que marcharemos codo a codo con todos los demás pueblos del Tercer Mundo. 
El principal objeto de estos apuntes es mostrar las funestas consecuencias a que nos condujo la carencia de aptitudes y conocimientos para organizar las fuerzas nacionales em la lucha sin cuartel contra la antipatria que se adueñó del país en septiembre de 1955. De ello somos responsables, quien mas, quien menos, todos los que actuamos antes y durante la Resistencia. 
Por suerte, tan dolorosa experiencia no se va a repetir. El sufrimiento ayudó a purificarnos y nos enseñó a los argentinos a luchar y también a mirarnos cara a cara y a hermanarnos al tiempo que desde lo más profundo del Ser Nacional afloraban fuerzas salvadoras. Estas fuerzas son las mismas que en 1806 y 1807 hicieron posible la derrota de los invasores ingleses, que con la tercera parte de soldados dominarían y esclavizarían el pueblo chino tres décadas después. Hicieron posible que las armas de la Patria se cubrieran de gloria llevando el pabellón azul y blanco hasta la cuesta de Pichincha y pasearlo con "La Argentina" por todos los mares. Que enfrentáramos solos a las flotas de Inglaterra y Francia hace 130 años, que tuviéramos un 17 de octubre y, por último, un 11 de marzo. 
Por suerte, también, en este largo calvario se hizo presente una juventud que se templó en la lucha y aprendió combatiendo y muriendo lo que la antigua burocracia política y sindical no supo enseñarle en sus "escuelas" ni con su ejemplo, Ni pareció entender -los hechos lo demostraron- lo que el general Perón escribió, aconsejó, y ordenó hasta el cansancio. 
A esta extraordinaria juventud dedico estas páginas y quiera Dios que pueda extraer buenas enseñanzas de la dura experiencia que vivimos hace 18 años.
la dedico a la idolotrada Evita, abanderada insobornable de los humildes, y al líder de los pueblos del Tercer Mundo, el general Juan Domingo Perón.
Rindo por último emocionado homenaje a los héroes y mártires de la Resistencia, y envío un fraternal abrazo a los queridos compañeros y compañeras que fundaron conmigo los Comandos Coronel Perón".

Juan M. Vigo
Buenos Aires, 25 de mayo de 1973.


En "La Vida por Perón, Crónicas de la Resistencia", Juan M. Vigo, Peña Lilo Editor, julio 1973

martes, 16 de octubre de 2012

Textuales: Hernández Arregui y la Izquierda Nacional

"En la Argentina, como producto de la transformación del país y de la evolución y confrontación de las ideas ha crecido una tendencia que puede calificarse genéricamente como "izquierda nacional". Por Izquierda Nacional (1), en un país dependiente, debe entenderse en sentido lato, la teoría general aplicada a un caso nacional concreto, que analiza a la luz del marxismo, en tanto método de interpretación de la realidad, y teniendo en cuenta, en primer término, las peculiaridades y el desarrollo de cada país, la economía, la historia y la cultura en sus contenidos nacionales defensivos y revolucionarios, y coordina tal análisis teórico, con la lucha práctica de las masas contra el imperialismo, en el triple plano nacional, latinoamericano y mundial y en este orden (2). Esta tendencia, en la Argentina, acusada falsamente por las derechas y las izquierdas colonizadas de trotskista, no forma un grupo ideólogico unitario ni parece destinada a convertirse en partido. Sus representantes, gravitan de una manera efectiva, sobre todo a través de su labor escrita, en la formación política de la clase obrera y en el cambio mental de vastos sectores sociales, particularmente en la masa estudiantil y los estratos inferiores de la clase media. En realidad, el trotskismo mismo, no existe en la medida que las tensiones internacionales de la izquierda se han debilitado después de la muerte de José Stalin y León Trotski y del visible cambio operado en la URSS con relación a diversos problemas, a través de la conducción de Kruschev, del ascenso de Mao-tse-Tung al gobierno de China y de las experiencias nacionales de los países socialistas surgidos con posterioridad a la Segunda Guerra Mundial. La grave lucha interna se agudizó en Rusia, con posterioridad a la muerte de Lenin en 1923 dio origen a dos tendencias, cuyas cabezas visibles fueron José Stalin y León Trotsky. En ambos bandos militaron revolucionarios de la vieja guardia, calumniados los unos y los otros, lo cual terminó proyectándose al orden internacional. Entre 1936-1938 culminó la crisis con el aniquilamiento en Rusia de la corriente trotskista (...) En la Argentina, el trotskismo, en sus orígenes, se expresó como discusión del problema ruso. En 1939 se insinúa una posición más nacional y una crítica justa a las tácticas de los frentes populares.
El trotskismo, en sus minúsculos grupos, parece condenado a oscilar entre un violento extremismo, la absorción por el movimiento nacional de masas y el socialismo pequeñoburgués, pero al mismo tiempo, en el plano ideológico por su comprensión de la cuestión nacional y el nivel teórico de sus elementos individuales, cumple una tarea crítica de positivo valor ideológico (...)"

(1) El término izquierda nacional fue lanzado por primera vez en 1957 por el autor de este trabajo.
(2) En consecuencia, la "izquierda nacional" no es más que una tendencia, y así lo entendí al crear el término dentro del propio Movimiento Nacional Peronista.

En Juan José Hernández Arregui, "La Formación de la Conciencia Nacional"


sábado, 6 de octubre de 2012

Textuales: Carta de Jauretche a Sábato

La primera edición del libro “Los profetas del odio” fue de mayo de 1957. Jauretche explicaba así los objetivos de ese trabajo: “Quiero poner en evidencia los factores culturales que se oponen a nuestro pleno desarrollo como Nación, a la prosperidad general y al bienestar de nuestro pueblo, y los instrumentos que preparan las condiciones intelectuales de indefensión del país”.
Ernesto Sábato en su libro “El otro rostro del peronismo”, había dicho “el motor de la historia es el resentimiento que, en el caso argentino, se acumula desde el indio, el gaucho, el gringo, el inmigrante y el trabajador moderno, hasta conformar el germen del peronista, el principal resentido y olvidado”.
En septiembre del 1956 desde Montevideo, Jauretche le envió una carta a Ernesto Sábato donde le contestó. Esta discusión fue la que gestó la idea de un libro donde se proponía polemizar con escritores que evidenciaban su desprecio por el peronismo y sus partidarios. Tiempo después le incorporó una yapa en la que desarrolló la cuestión de la colonización pedagógica.
Fue un enconado crítico de aquellos intelectuales que hicieron carrera denostando de todas las maneras posibles al movimiento nacional, ese cuestionamiento se convertía en una galardón que les permitía posicionarse favorablemente dentro del aparato cultural de la oligarquía: “En largos años de lucha al servicio de la idea de la emancipación nacional, me fue dado conocer la mentalidad de los hombres que se autodesignan como “intelectuales”, y su absoluto divorcio con la realidad del país, así como los obstáculos que ellos crean a la inteligencia argentina cuando busca su camino”.

Extraído de El Forjista 

"CARTA A ERNESTO SABATO

Estimado amigo:
Acabo de leer en el número de hoy de Marcha, de Montevideo, una síntesis de la nota sobre las torturas que usted publicara como director de Mundo Argentino, así como la secuela radiotelefónica y periodística del episodio.
Le estaba debiendo a usted la contestación de la afectuosa carta que me dirigiera al enterarse de mi partida de Buenos Aires, pero debo confesarle que no estaba en mi ánimo el hacerlo al verlo continuar en ASCUA.

Su valeroso gesto de esta oportunidad lo libera ante mí de los cargos que le hacía. Ya sé que usted pensará que puede hacérmelos a mí por muchos silencios, pero antes de ahora le he expresado la convicción en que viví durante los últimos años, de que cualesquiera fueran los errores y faltas que se cometieron entonces no importaban para el país el seguro desastre que sobrevendría de alterarse el orden vigente y querido por las mayorías populares.

Preví que detrás de la protesta de muchos sinceros estaban en acecho fuerzas más poderosas que se apoderarían fatalmente del comando para intentar la restauración del orden colonial de la “década infame”.

Preví también, y lo dije en mi clausurado periódico El 45, cuál sería la reacción del pueblo profundamente politizado, para la defensa de sus conquistas y, asimismo, que ésta desencadenaría la persecución de todos los sectores adscriptos a cualquiera de los tres lemas que encarnan el sentido de esa politización: liberación económica, justicia social y soberanía popular.

Los hechos han confirmado mis previsiones y justificado la posición que entonces me criticaba y, lo que ha pasado a los peronistas pasará a los nacionalistas y a los demócratas auténticos, desde Amadeo a Frondizi y le sucederá también a los sectores marxistas, una vez que cambie la línea táctica que hace coincidir a Londres con Moscú en el Río de la Plata.

Marginalmente le diré que esa coincidencia no es muy visible dentro del país, porque el gobierno hace declaraciones enfáticas contra los comunistas y parece perseguirlos ––tratando de desorientar a Washington que en materia de sutileza no ha inventado la pólvora–– y porque los comunistas, tratando de lograr algún prestigio entre los obreros, ensayan conatos de resistencia...

Quiero ahora comentarle su último libro: “El otro rostro del peronismo” con que Ud. contesta a la última publicación de Mario Amadeo. Debo decirle que por más que supere la adversa posición que tenemos en política, lamento que Ud., que tiene formación dialéctica, haya recurrido a la interpretación, inaugurada en nuestro país por Ramos Mejía, de querer resolver las ecuaciones de la historia por el camino de las aberraciones mentales y psicológicas.

Por aquí anduvo Borges tocando el mismo instrumento, a base de complejos de culpa y necesidades masoquistas. Después vino Martínez Estrada que anduvo también por la huella de ese trillado resentimiento, aunque lo hizo enfermedad continental, desde luego excluyendo los rubios. Max Dickman fue más prudente y sólo nos ayudó diciendo que la Revolución Libertadora había ubicado en el presupuesto a la mayoría de los intelectuales. Palacios, en cambio, está muy silencioso, tal vez porque después de una larga vida administrando la lágrima en dosis para viuda, se encuentra un poco en descubierto...

No, amigo Sabato. Lo que movilizó las masas hacia Perón no fue el resentimiento, fue la esperanza. Recuerde Ud. aquellas multitudes de octubre del 45, dueñas de la ciudad durante dos días, que no rompieron una vidriera y cuyo mayor crimen fue lavarse los pies en la Plaza de Mayo, provocando la indignación de la señora de Oyuela, rodeada de artefactos sanitarios.

Recuerde esas multitudes, aún en circunstancias trágicas y las recordará siempre cantando en coro ––cosa absolutamente inusitada entre nosotros––y tan cantores todavía, que les han tenido que prohibir el canto por decreto-ley. No eran
resentidos. Eran criollos alegres porque podían tirar las alpargatas para comprar zapatos y hasta libros, discos fonográficos, veranear, concurrir a los restaurantes, tener seguro el pan y el techo y asomar siquiera a formas de vida “occidentales” que hasta entonces les habían sido negadas...


Es una broma trágica que quienes se vuelven contra su país al sentirse frustrados, no se vuelvan contra quienes lo frustraron deliberadamente.

Cualquier ensayo de la realidad argentina que prescinda del hecho fundamental de nuestra historia, es sólo un arte de prestidigitación que hurta los términos del problema, que están dados por la gravitación británica en sus tres etapas:

    1º) Tentativa de balcanización, parcialmente lograda;

    2º) Promoción del progreso en el sentido del desarrollo unilateral agrícola-ganadero (para crear las condiciones de la granja), y

    3º) Oposición a la integración industrial y comercial de nuestra economía, para mantenernos en las condiciones óptimas de la segunda etapa, con un país de grandes señores y peones depata al suelo y una clase intermedia de educadores, profesionales y burócratas para su instrumentación.

Deje pues eso del resentimiento y haga el trabajo serio de que Ud. es capaz y que el país merece. No importa lo que diga de nosotros, pero no eluda el problema de fondo o no lo mencione sólo incidentalmente. Es Ud. mucho más que Ghioldi o un Sánchez Viamonte, para usar la técnica que esos intelectualoides ya utilizaron contra el otro movimiento de masas, también “resentidas”, que acompañó a Yrigoyen, el otro dictador. (Lo remito a la literatura periodística y a los ensayistas de la época.)

Más lógico hubiera sido en Ud. señalar la coincidencia entre estas dos épocas, las  dos grandes guerras y el proceso de industrialización y plena ocupación que, al permitir levantar el nivel de vida de las masas, les dio acceso a la acción política, con sus demandas nacionalistas y de justicia social, fenómeno del que los conductores fueron más efecto que causa.

Percibiría también las profundas analogías entre septiembre de 1930 y septiembre de 1955, aunque sus autores momentáneos parecieran en un caso ultramontanos y en el otro jacobinos. El vencedor imperial fue siempre el mismo.

Considere estas líneas como las objeciones modestas de un hombre que ha vivido bastante el proceso político de su país, ya que me considero excluido del riesgo de pasar por intelectual, ni en la Confederación de Baldasarre ni en ésta que ha inventado este señor Erro que riega con los frutos de su riñón de pensador todos los salones de conferencias disponibles y todas las audiciones radiales, aunque tenga que aguantarse hasta la noche para cumplir su higiénica función.

Deje que los intelectuales, tipo Mayo y Caseros, le metan fierro a los caudillos y a los “negros”. Pero son los negros los que nos volverán a salvar de esa economía pastoril ordenada en inglés y expresada bovinamente por el último producto de la ganadería que destapó la reciente exposición rural: el inteligente señor Blaquier.

Bromas aparte. Yo le conozco el espíritu de luzbelito que seguramente Erro no le conocía y no creo que Ud. haya escrito en serio ese libro. Hasta me sospecho que lo ha hecho para darse el gusto de contestarse, con el trabajo serio que esperamos de Ud.

    El ochenta por ciento de los argentinos y Ud. entre ellos, coincidimos en lo fundamental: la liberación nacional, la justicia social y la soberanía del pueblo. Unos marcan más el acento sobre una de las consignas y otros sobre otras. Nuestras diferencias en este momento dramático son adjetivas con respecto a lo fundamental pero entretanto, una mano extranjera organiza el cipayaje y los vendepatrias.
    Estamos dispersos y en campos encontrados pero debemos coincidir, aunque más no sea en el terreno de las ideas, para una defensa elemental.
    Quisiera que Ud. interpretase en cuánto estimo su valeroso gesto como periodista. Pero con la misma lealtad debo decirle, en cuanto creo que lo desmerece, su mal paso como escritor.

    Sus nuevos enemigos cargarán en su cuenta esta adhesión al primero y no le estimarán esta disensión al segundo. Cualquiera sea la impresión que le cause esta carta, recuerde que sigo considerándome su amigo.
Arturo Jauretche
Montevideo, septiembre de 1956."

En Arturo Jauretche, Los profetas del odio, Trafac, Buenos Aires, 1957, pp. 14-21.


miércoles, 3 de octubre de 2012

Perón y el famoso "5 x 1"

Luego de haber sido bombardeada la Plaza de Mayo por sectores de las Fuerzas Armadas que buscaban el golpe militar contra el Gobierno democrático del general Juan D. Perón, en donde fueron asesinados centenares de civiles, el caos se apoderó de toda la sociedad... El presidente, que había estado intentando generar un clima de pacificación y reconciliación, se dirigió al pueblo con un encendido y extremista discurso: 



Transcripción: "...a la violencia la hemos de contestar con una violencia mayor. Con nuestra tolerancia...
Con nuestra tolarancia exagerada nos hemos ganado el derecho de reprimirlos violentamente, y, desde ya, establecemos como una conducta permanente para nuestro movimiento: aquel que en cualquier lugar intente alterar el orden en contra de las autoridades constituidas o en contra de la ley o la constitución, puede ser muerto por cualquier argentino.
Esta conducta, que ha de seguir todo peronista, no solamente va dirigida contra los que ejecuten, sino, también, contra los que conspiren o inciten.
La consigna para todo peronista, esté aislado o dentro de una organización, es contestar a una acción violenta con otra más violenta. Y cuando uno de los nuestros caiga, caerán cinco de ellos."



Textuales: Fermín Chávez y el golpe de 1955

"Revolución Libertadora - La cuarta invasión inglesa
La contrarrevolución de 1955 no fue gestada en 1954. No nació con el negocio petrolero iniciado con la Standard Oil, ni en el conflicto con la Iglesia argentina. La confabulación venía tomando cuerpo desde la segunda mitad de 1950 y principios de 1951, a través de los trabajos que realizaban en el ejército Pedro Eugenio Aramburu, Luis Leguizamón Martínez, Benjamín Menéndez, Eduardo Lonardi y José F. Suárez.
Si el movimiento peronista y su gobierno tuvieron fuertes enemigos internos, no es menos cierto que los hubo mayores en el exterior. El principal, entre éstos, era un imperio en decadencia, pero un imperio al fin. Inglaterra, puesto que de ella hablamos, iba a jugar sus cartas con maestría y sin esos movimientos bruscos que delatan a los carteristas novicios. En este sentido, la Argentina de 1955 fue la carpeta de juego en que los legos debieron enfrentar, con desventaja, a los fulleros.
La revolución peronista hirió sensiblemente a las minorías oligárquicas y a la burguesía del país, pero también perjudicó ostensiblemente a los intereses británicos, que a la postre se unirían con quienes les ofrecieran la más segura posibilidad de revancha. Si es verdad que sancionó a los Bemberg, es cierto también que lesionó duramente la esfera de influencia de los británicos.
En un olvidado artículo periodístico, de 1957, Juan Perón señaló que la llamada “revolución libertadora” trajo la cuarta invasión inglesa. “Ante la incredulidad de propios y extraños –escribía-, nacionalizamos, comprando y pagándoles, los transportes, puertos, teléfonos, silos y elevadores, frigoríficos, servicios de gas y energía, el Banco Central, creamos la Flota Mercante, que llegó a ser la cuarta del mundo, y dimos al país transportes aéreos. Industrializamos la Nación facilitando la instalación de industrias pesadas. Asimismo, fabricamos gran cantidad de maquinarias y automotores. Así logramos la independencia económica, arrojando por tercera vez al invasor británico”. En otro párrafo del texto que estamos rememorando decía Perón: “Nuestra economía justicialista les resultó desastrosa. Sirva un ejemplo: en textiles y afines importábamos de Inglaterra por un valor de 100 millones de dólares anuales. En 1954, esa cifra se redujo a medio millón anuales. Como último bastión, le quedaba nuestro mercado comprador de petróleo. Inglaterra nos vende combustible por valor de 350 millones de dólares por año. Nuestro gobierno había firmado ad referéndum del Congreso de la Nación, un “contrato de locación de servicios” con la Standard Oil de California. Por éste, la compañía norteamericana se comprometía a explorar parte de nuestro subsuelo y extraer el petróleo que hubiera, el que debía ser entregado en su totalidad a YPF para su comercialización”.
Es posible que los ingleses hayan hecho el cálculo de la pérdida que el cambio de política petrolera significaba para ellos, y que decidieran intervenir, contando como contaban con fuertes aliados en la marina de guerra argentina. Los hechos parecen dar entera razón a estos asertos. El viaje de Milton Eisenhower a la Argentina, registrado en el invierno de 1953, indicó el principio del cambio en cuanto a relaciones internacionales. En menos de dos años el cuadro varió visiblemente. El 26 de mayo de 1955 el profesor Silenzi de Stagni dio su famosa clase contra el proyecto de contrato petrolero, que tanto impresionó a los jefes de las Fuerzas Armadas. El 31 de agosto la comentó el periódico Die Welt, de Hamburgo, sobre la base de una síntesis enviada por su corresponsal.
El grupo Bemberg, símbolo de toda una época de la Argentina librada al apetito de los consorcios internaciones, se convirtió en el enemigo más enconado e intrigante de Perón. Los misteriosos “accionistas franceses” de la Cervecería Quilmes no se quedaron quietos y acrecentaron la propaganda antiargentina en el exterior. Al grupo Bemberg se agregó en 1951 el grupo Gainza Paz, estrechamente ligado a la UP y a la SIP, cuando el movimiento expropió La Prensa y lastimó a la oligarquía en dos de sus mucosas más sensibles: el bolsillo y el orgullo de clase.
Finalmente en la consolidación “moral” del frente antiperonista interno jugaron un papel importante las logias masónicas y otras agrupaciones típicas de la burguesía antinacional."

Fermín Chavez, Revista Primera Plana Nº 507, 13 de septiembre de 1973.

 

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Textuales: Mugica: peronismo y cristianismo

El padre Carlos Mugica fue un paradigma de su tiempo, a la vez que una contradicción en sí mismo. Hijo de una familia de clase alta, ofrendó su vida por los más humildes, incluso conociendo de antemano que ésa era una posibilidad demasiado cercana. Para servirles, renunció a una prometedora carrera en el seno de la iglesia, que podría haberlo llevado a las más altas jerarquías, ya que era un hombre de brillante inteligencia. Pero eso no era todo: era un cura peronista que trabajaba en el Barrio Comunicaciones, hoy Villa 31. Vivió sin miedo y sin pedir nada para sí mismo. Lo asesinó un matón a sueldo, en el que algunos creyeron reconocer al comisario de la Policía Federal Rodolfo Almirón. Después de 30 años, para desmentir a sus asesinos, Mugica sigue siendo recordado como lo que fue: un cura como los que prefería otro mártir de aquellos tiempos, el "Chacho" Angelelli: "con una oreja en el Evangelio y la otra en el pueblo"... Extraído de El Ortiba

Extractos de "Peronismo y Cristianismo":

"Yo estaba en Cuba, cuando leí un trabajo estadístico de las realizaciones del gobierno de Perón, y les digo que Perón en dos años hizo más que la revolución cubana en diez, en cuanto a las realizaciones. Con respecto a la otra dimensión, la estructural, es todo lo que va apuntando en la vivencia del Movimiento desde 1955 para acá y que ya se fue gestando durante el gobierno de Perón, en el sentido que la clase trabajadora empezó a sentirse gente, empezó a sentirse protagonista y esto, con la incorporación además del estudiantado y de otros sectores al peronismo, produjo la evolución que lleva a una profundización del peronismo. Lo reivindicativo asciende desde la tercera posición, desde un capitalismo justo por decirlo así, a un socialismo nacional (...)

...Y no nos engañemos, unos cuantos de nosotros si realmente luchamos por el socialismo nacional en nuestra patria, vamos a estar peor. Porque si queremos que los dos millones y medio de hermanos nuestros que viven en las villas miserias estén mejor, evidentemente algunos van a estar peor. Y nosotros podremos sentirnos oprimidos, pero nuestra opresión es una opresión graciosa al lado de la opresión que sufren nuestros hermanos que no encuentran trabajo, que no tienen donde dormir... y todo lo demás. Eso es evidente. Porque si no, como ya dije, la nueva alienación puede nacer de la revolución (...)

... Hay un trabajo muy interesante del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo. Dice: "¿Por qué hablamos del socialismo nacional? En una palabra: socialismo nacional, socialismo humanista y socialismo crítico."
Crítico: desde la fe, porque ningún sistema humano jamás realizará todos los valores evangélicos.
Nacional: para decir en una palabra que responda a nuestras auténticas raíces. Personalmente creo que el proceso hacia el socialismo nacional, con rostro humano, que no busca eliminar la propiedad de los bienes de uso sino darla a todos, empezó en la Argentina el 17 de octubre de 1945.
Humanista: Que posibilite a cada argentino una vida realmente creadora. Que posibilite su expansión espiritual que culmina en el descubrimiento del misterio de Cristo".

 

lunes, 24 de septiembre de 2012

Bibliografía: Perón y los Montoneros

La historiadora Alicia Servetto, autora de "73/76. El gobierno peronista contra las provincias montoneras”, explora de un modo exhaustivo el “proceso múltiple, complejo y contradictorio” de las intervenciones federales en las provincias de Formosa, Córdoba, Mendoza, Santa Cruz y Salta durante el tercer gobierno peronista. Como señala en la introducción, “más que un recurso constitucional para el ejercicio de control y autoridad por parte del gobierno central sobre los poderes provinciales”, las intervenciones fueron “una herramienta para frenar la movilización social y disciplinar a las fuerzas políticas con el objetivo de dirimir la contienda intraperonista y liquidar los bastiones de poder del peronismo revolucionario”.

Al analizar los discursos de Perón en el contexto de la complejidad y dialéctica de ese período, afirma que "La violencia quedó asegurada por el Estado desde el 20 de junio de 1973 con la masacre de Ezeiza; ese primer episodio en el que hubo muertos y heridos nunca fue investigado. Y Perón no dijo nada. Cuando uno desanda un poquito los discursos de Perón, eran discursos de guerra; se estaba en guerra para combatir a los “infiltrados”, además de la recurrencia de asemejar la sociedad con un organismo, algo propio del discurso de las Fuerzas Armadas. La sociedad era un cuerpo y cada parte tenía una función, pero si alguna parte no funcionaba bien había que erradicarla. La rectora de ese cuerpo, la cabeza de esa sociedad, eran las Fuerzas Armadas. Esto es predominante en el discurso de Perón del ’73 al ’74, en los que tendía a comparar a los sectores más revolucionarios del peronismo con elementos patógenos o “focos infecciosos”".

En la mayoría de los casos investigados en el libro, los conflictos comenzaron cuando los actores en disputa se negaron a aceptar a los gobernantes electos, cuya legitimidad de origen impugnaban. La lógica binaria no era monopolio exclusivo del peronismo; estaba en las entrañas misma del modo en que se pensaba la política en los ’70, como advierte Servetto. “La disputa entre leales y traidores es una disputa en términos morales, digamos entre el bien y el mal. ¿Y quiénes eran los buenos? Para los Montoneros eran ellos; los otros eran los traidores, aquellos que alguna vez habían tenido cierta lealtad y luego se apartaron de los postulados. Para el sindicalismo burócrata, la izquierda peronista eran los traidores, los extraños que viciaron al peronismo.” La historiadora dice que cada uno trató de arrastrar a Perón hacia su propio costal. “Se podría plantear que había cierta ingenuidad en Montoneros al no haberse dado cuenta de que Perón se había definido políticamente. ¿Eran ingenuos? –se pregunta la historiadora–. Hay un trabajo de Silvia Sigal y Eliseo Verón en el que analizan las paradojas discursivas de Montoneros: si dejaban de ser peronistas perdían esa identidad de masa que habían conseguido y caían en ‘la trampa mortal’.”

¿Perón fue ingenuo al creer que podría encauzar a Montoneros?
"Perón alentó la formación de Montoneros desde el exilio; fue su carta de negociación para volver. Los alentó y le dio una entidad: eran las “formaciones especiales”, que tuvieron un lugar dentro de la conducción del movimiento. Cuando regresó, pretendió encauzarlos institucionalmente, cosa que no pudo hacer. Cuando Perón justificó la intervención a Córdoba, dijo que el gobierno “no supo colocarse a la altura de las circunstancias”. Perón tuvo un doble discurso. Sé que a los peronistas no va a gustarles esto que digo (risas). Ese doble discurso es muy evidente entre el ’73 y el ’74. Pero hay que decir que Perón dio señales. La principal señal fue que no investigó lo que sucedió en Ezeiza el 20 de junio de 1973; y después propuso volver a las 20 Verdades Peronistas, lo que significaba que no iba a haber ninguna revolución socialista. Creo que el error fue pensar que Perón era un revolucionario. Las señales discursivas de Perón fueron generando trampas en la propia JP, que había crecido gracias a su identidad peronista. O rompían con Perón o rompían con su propia identidad. Las dos cuestiones les generaban una contradicción. Además, la JP apoyó a los gobernadores pensando que iban a llevar adelante una revolución socialista, pero ninguno provenía del ala radicalizada del peronismo. Una de las preguntas que se hicieron los peronistas de izquierda fue por qué durante el Navarrazo no salió la gente a la calle a defenderlo a (Ricardo) Obregón Cano, por qué no hubo resistencia popular... El deterioro del gobierno de Obregón Cano en nueve meses fue aceleradísimo. La legitimidad que tuvo en marzo del ’73 no la tenía en marzo del ’74. Atravesado por todas las contradicciones internas del peronismo, no tenía el apoyo de la Iglesia, pero tampoco había por parte de la sociedad la necesidad de defender instituciones que no representaban nada. La democracia no era un objetivo a defender en ese momento. Obregón Cano ganó en segunda vuelta; en la primera obtuvo el 45 por ciento de los votos y el radicalismo, el 43. Los mismos radicales se preguntaban por qué la Córdoba del Cordobazo, del Viborazo, le dio el 43 por ciento de los votos a un candidato muy conservador como fue Víctor Martínez. En la segunda vuelta, el radicalismo sacó el 45 por ciento y el Frejuli llegó al 53 por ciento. El patriciado cordobés no toleró que el vicegobernador, Atilio López, fuera un obrero que provenía de la UTA. ¡Un chofer de colectivo vicegobernador de la provincia! Córdoba tiene esa doble cara: la combativa, pero también la reaccionaria"

Más info en Página 12



miércoles, 19 de septiembre de 2012

Textuales homenaje: John W. Cooke

A 44 años del fallecimiento del que fuera, según opinión personal del autor del blog, uno de los mejores cuadros políticos y militantes del peronismo (todavía no me atrevo a confirmar que es el Mejor), transcribimos un extracto del libro "Peronismo y Revolución", publicado en 1971, pero escrito por el "Bebe" Cooke en 1966, a modo de informe a las "bases" del peronismo... Este genial pensador y luchador argentino fue, como resalta Norberto Galasso en una nota publicada hoy por el diario Tiempo Argentino, "el único que discutió con el general Perón de igual a igual, sin inhibiciones ni reservas mentales", además de ser un "intelectual profundo, pero al mismo tiempo hombre clave de la resistencia que se lanzó con una pistola 45 y tres cargadores de balas a parar a los marinos en junio de 1955".

Esto es lo que decía en su "Convocatoria a los deberes de nuestro destino nacional y americano", del libro antes citado:

"Nosotros no tenemos ningún deseo de ser reprimidos. Nos gustarían las soluciones pacíficas y sin víctimas. Pero no somos quienes hemos cerrado esa posibilidad: es la oligarquía, el imperialismo, los gendarmes de la explotación. No acataremos en silencio el holocausto de nuestro pueblo a los ídolos tristes de los cazabrujas, a la cohorte que los empuja a mayores errores mientras administran el patriotismo. El peronismo es más que un partido. No lo disuelven por decreto ni lo amansan por intimidación.
No llamamos a ninguna aventura desesperada. Llamamos a la lucha, que comienza por esclarecer las conciencias, proclama las verdades y hablar por los que callan cuando debería orientar a la masa.
Esta Argentina que nos quieren imponer, contrahecha y mezquina, es un retroceso y una negación de los valores auténtico de la Patria.
Esta mezcla de “Revolución Libertadora” y “década infame” no tiene nada que ver con lo que el pueblo anhela y merece.
Esta Argentina donde los niños y los sueños mueren desnutridos donde los explotadores dictan las condiciones de la convivencia, esta Argentina no la queremos. Esta unidad patriotera de obediencia al privilegio y sometimiento a la fuerza no es la nuestra, y contra ella proclamamos la unidad de todas las fuerzas patrióticas antiimperialistas que no se doblegará ante el statu quo y sus guardias de hierro.
Queremos a libertad, y empezamos por proclamar la conciencia de falta de libertad. Llamamos a la liberación en nombre de la conciencia nacional, que es conciencia de que somos un país sin autodeterminación. Si la fuerza material está monopolizada por el régimen, las fuerzas
morales, los valores que no se afincan en lo material están de nuestro lado, del lado del pueblo, y la militancia los transformará en fuerza avasalladora: el fervor militante, el sentido de la Patria como proyecto de liberación, la solidaridad entre los hombres para luchar por una sociedad sin verdugos ni explotados, toda lo que es cálido, generoso, amor por los seres humanos, lealtad a nuestro destino argentino y americano.
"


jueves, 13 de septiembre de 2012

La izquierda tradicional y los fusilamientos de la "Libertadora"

El 9 de junio de 1956 se produjo un levantamiento cívico-militar contra la dictadura militar de Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Rojas, liderado por el general Juan José Valle. El levantamiento fue rápidamente abortado debido a que el movimiento había sido infiltrado y el gobierno militar estaba esperando a los insurrectos. La dictadura decidió efectuar un castigo ejemplificador y completamente inusual en la historia argentina del siglo XX, disponiendo el fusilamiento de los sublevados. Entre el 9 y el 12 de junio de 1956 veintisiete civiles y militares fueron ejecutados, algunos en fusilamientos clandestinos en una zona de basurales de José León Suárez, provincia de Buenos Aires. Estos hechos fueron relatados magistralmente por Rodolfo Walsh en Operación Masacre.

El historiador Salvador Ferla, en su libro "Mártires y verdugos" destaca que sobre estos hechos trágicos se pronuncian instituciones y organizaciones que expresan nada de crítica a la dictadura militar asesina. Señala que la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) emite una declaración en la que tilda de "reaccionario el golpe del 9 de junio que aspiraba a llevar al país a un régimen de dictadura aliancista". Ferla agrega: "Ante la insurrección y los fusilamientos lo único que se le ocurre al Partido Comunista es proponer un gobierno de coalición democrática, o sea, solicita asociarse al gobierno fusilador, al gobierno que acaba de masacrar obreros en José León Suárez y que tiene miles de obreros en sus cárceles llamadas democráticas".

Pero el periódico socialista La Vanguardia, dirigido por el profesor Américo Ghioldi, pasa a la historia como el mayor legitimador del crimen. El 14 de junio de 1956, Ghioldi afirma: "Los hechos de la noche del sábado 9 y domingo 10, dentro de su inmensa tragedia, definen circunstancias y posiciones sobre las cuales parece necesario detenerse a pensar hondamente. En primer lugar, es dato fundamental de los hechos acaecidos, la absoluta y total determinación del gobierno de reprimir con energía todo intento de volver al pasado. Se acabó la leche de la clemencia. Ahora todos saben que nadie intentará sin riesgo de vida alterar el orden porque es impedir la vuelta a la democracia. Parece que en materia política los argentinos necesitan aprender que la letra con sangre entra. Todos lamentamos el escaso uso de la razón que hicieron los adlátares de la tiranía (...) El  gangsterismo político -no otra cosa significa el plan terrorista de los representantes del ex dictador- sufrió un golpe rudo (...) La libertad ha exigido siempre lucha y sacrificio. Jamás ha sido una posición de blandura."



sábado, 8 de septiembre de 2012

Darwin Ángel Passaponti, el primer mártir del peronismo?

"Darwin Ángel Passaponti fue el primer mártir del peronismo insurgente. Dejó un poema de su autoría que a la larga resultó precoz premonición y perfecto epitafio:

Quise cruzar la vida
con la luz del rayo
que el espacio alumbra,
seguro de no vivir más que un instante,
seguro de no morir debilitado.
Así como el rayo,
corto, breve y soberano.

Nació un soleado día de noviembre de 1927, el 1°, en Zenón Pereyra, provincia de Santa Fe. Su padre, Trento, era farmacéutico y anarquista; además, representando al Justicialismo, en marzo de 1962, fue elegido Intendente de Moreno, pero no lo dejaron asumir. Su madre estudiante universitaria (una rareza de la época) y ferviente católica. Resumiendo: el primer nombre de Passaponti lo eligió su padre y el segundo su madre. El pibe fue estudiante del colegio normal “Mariano Acosta”. También fue monaguillo. El 17 de octubre de 1945 toda la gente humilde, trabajadora, que de una u otra manera sentía como propia la tierra, el barro, la sangre, el frío, la lucha, la tristeza, salió a la calle y se encolumnó hacia el centro “pituco”: iban a pedir por la libertad de su Líder, el coronel Juan Domingo Perón. Pero también se iban a reencontrar con la patria, con el perfume de su madre lejana y con el olor de su tierra, más lejana todavía. Y lo lograron. Fue su primera gran victoria; no sería la única. Pero todo tiene un precio... Cuando las masas se desconcentraban fueron tiroteadas desde los balcones del diario “Crítica” (antiperonista); otras fuentes dicen que al revés, los manifestantes atacaron el diario y desde allí dispararon para defenderse. Lo concreto es que producto de esa acción, murió de un tiro en la cabeza, con solo 16 años de edad, Darwin Passaponti, joven nacionalista afiliado a la Unión Nacional de Estudiantes Secundarios (UNES). "

Por Roberto Baschetti (ver sitio web: http://www.robertobaschetti.com/)


jueves, 6 de septiembre de 2012

Militantes del peronismo revolucionario: Gustavo Rearte

“El peronismo es un movimiento revolucionario que entronca con todas las grandes revoluciones de la humanidad. Desde su iniciaciòn en las históricas jornadas del ’45, el peronismo es sinónimo de revolución. Sus realizaciones desde el poder y la extraordinaria trayectoria de lucha y sacrificio de sus base después lo confirman. Negar esta esencia es negar el peronismo”... 
Palabras de Gustavo Rearte , fundador de la mítica Juventud Peronista del 57, e integrante de su mesa ejecutiva. Cuando derrocan a Perón en 1955, es uno de los jóvenes trabajadores peronistas que integran los innumerables comandos de la resistencia, formando parte del famoso Comando Valle. La lucha por la vuelta de Perón y contra el régimen oligárquico lo lleva a encontrarse y juntarse con otros compañeros que andan en la misma: Carlos Caride, Rulli, El Kadri, Susana Valle, Felipe Vallese, etc.

Rearte combinaba práctica y teoría como lo hacen los verdaderos conductores revolucionarios. Durante la Resistencia participó en las acciones más audaces, lo cual no fue obstáculo para que desarrolle un notable nivel teórico. De muy joven, durante la época de Perón, había obtenido entrenamiento militar durante un año, en la escuela de Suboficiales de la Aeronáutica de Córdoba, donde lo pusieron en el cuadro de honor, luego, en los 60 completó su entrenamiento en Cuba (donde se entrevista con Fidel Castro y con el Che, quien lo visitará nuevamente en Buenos Aires, antes de su experiencia en Bolivia), aunque su verdadera escuela fue la experiencia adquirida en la calle, al calor de la lucha misma, durante la Resistencia Peronista. Rearte inició la militancia sindical desde antes del 55, primero como metalúrgico y luego en Jabón Federal. Ya en la época del régimen gorila, participa en la recuperación del gremio. Fue delegado, delegado general, y en 1957 Secretario general del gremio de Jaboneros y Perfumistas de la Capital Federal y gran Buenos Aires. Ese año, tiene una activa participación en el nacimiento de las 62 Organizaciones, que lanzan junto a la CGT Autentica el famoso programa de La Falda.
En 1960, junto a El Kadri, Rulli y Vallese, entre otros, participan de la primera acción de guerrilla urbana: el ataque a una guardia de la Aeronáutica en Ciudad Evita. Gustavo fue el jefe del operativo, que resultó todo un éxito y les permitió alzarse con dos subametralladoras PAM, uniformes y municiones. Los compañeros lucían brazaletes con la sigla EPLN (Ejército Peronista de Liberación Nacional). La JP envía a Gustavo a Montevideo a establecer contacto con los exiliados peronistas. Allí se reune con John W. Cooke, jefe del Comando Táctico de la Resistencia Peronista. De vuelta en Buenos Aires es interceptado por una comisión policial, pero se niega a entregarse y se defiende a los tiros. Un proyectil le hace nueve perforaciones en el intestino y casi se desangra, porque es paseado durante horas a borde de un automóvil policial; en el Hospital Rawson los médicos se niegan a entregarlo para que sea interrogado, (torturado) y luego pasa a la cárcel, donde permanece desde el 61 al 63. Allí conoce a otros
compañeros y continúa con su formación teórica, aprovechando el tiempo para leer los “clasicos” de la guerrilla urbana, y discutir con los compañeros presos.
En 1964 se lanza el Movimiento Revolucionario Peronista, y Gustavo es uno de sus dirigentes, y uno de los redactores del decálogo, el programa y la declaración de principios. El MRP, con una fuerte presencia de sindicalistas, es un freno al avance del vandorismo. Rearte viaja a Madrid a entrevistarse con Perón que le da el visto bueno para proseguir con el movimeinto, de regreso crea la Juventud Peronista Revolucionaria. Escribe en el periódico En Lucha, órgano del MRP y en Compañero, de la JRP.

El MRP es uno de los mayores impulsores del encuentro sindical-político De Pie Junto a Perón, realizado en Tucumán. Rearte está en la primera línea; el Plenario, que reúne a las fuerzas políticas y gremiales combativas, reafirma el carácter revolucionario del peronismo y va a constituir un hito en la lucha contra el vandorismo.
En 1965 los Estados Unidos invaden Santo Domingo y Rearte viaja a República Dominicana , llevando el apoyo del peronismo a la lucha que libraba el Coronel Francisco Caamaño Deno. En 1967 viaja por segunda vez a Cuba al congreso de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS), la delegación estaba presidida por el “gordo” Cooke.
En Agosto del 68 es uno de los organizadores del Plenario del Peronismo Revolucionario, en el sindicato de Farmacia. En ése cónclave clandestino se reúnen figuras como el mayor Alberte (quien acuña entonces la denominación “tendencia revolucionaria del peronismo”), el negro Sabino Navarro, Di Pasquale, Miguel Lizazo, Cooke, entre muchos otros. El plenario decidió: promover la lucha frontal contra la dictadura de Onganía y apoyar todas las formas de lucha que surgieran del campo popular. Era el inicio, en una escala mayor, de la lucha armada, y del surgimiento de las organizaciones politico-militares. Rearte, Cooke y Alberte serán los principales exponentes de dicha tendencia.
En mayo del 69 Gustavo es apresado nuevamente, y pasas unos cuantos meses detenido. Cuando sale, a comienzos del 70, funda el MR17. Gustavo gasta los últimos años de su vida en intentar que las organizaciones que abrazan la lucha armado como camino para lograr la liberación, no se aíslen de las bases, que no entren ni en el aparatismo, ni en el militarismo.
Lo que no pudo la represión, lo logrará la leucemia y Gustavo Rearte fallece el 1º de Julio de 1973 (exactamente un año antes que Perón) a la edad de 41 años. Decía Gustavo allá por el 61: “la historia nos enseña que la supervivencia del Pueblo está condicionada por la desaparición de la oligarquía. Renunciar a la lucha es renunciar al destino de la humanidad argentina por pura cobardía. Si la sangre de los Gainza Paz, los Aramburu, los Rojas, los Lamuraglia, es el precio que exige la historia para que no se mueran de hambre nuestros changuitos, que su sangre sea derramada. No propiciamos doctrinas de odio, luchamos por una causa de amor cuyo objetivo es el hombre americano. Por eso no daremos el alto al fuego hasta que la infamia, el privilegio y el colonialismo no queden definitivamente borrados de esta tierra generosa”.

Más información en este link sobre Gustavo Rearte


lunes, 3 de septiembre de 2012

Oscar Terán: intelectuales y peronismo

 Oscar Terán es un prestigioso intelectual argentino, de extensa trayectoria y cuya bibliografía es consulta permanente. Profesor de Filosofía de la UBA y de la Universidad Nacional de Quilmes, investigador principal del Conicet, miembro del Club Socialista José Aricó y del consejo editor de la revista Punto de Vista. Aunque confesó alguna vez haber intentado acercarse al peronismo (ver nota Radar junio 2006), su visión sobre este proceso político es muy crítica. Esto se ve claramente en una de sus obras más importantes, "Ideas e intelectuales en la Argentina, 1880-1980". La descripción del gobierno de Perón y el enumeramiento de los "pocos" intelectuales que apoyaron al peronismo en esos años (muchos de los cuales son protagonistas de este blog) hacen que el siguiente texto tenga relevancia para nosotros:

"A escala local, los posicionamientos políticos adquirirán crecientes rasgos de enfrentamiento desde los primeros años de la década del 40. Luego del golpe militar de 1943, esa antinomia innegociable tendrá su expresión en las elecciones de 1946, cuando se libró lo que el coronel Juan Domingo Perón llamó "un partido de campeonato" entre la injusticia y la justicia social. Y en efecto, evaluado en los rendimientos a partir de su victoria electoral, el período se caracterizó por una notable redistribución económica en favor de las clases populares, medida no sólo en el nivel salarial sino asimismo en servicios sociales que cubrieron una amplia gama una amplia gama de beneficios. Ese fenómeno fue acompañado de una caída de la deferencia de los sectores populares hacia las escalas superiores de la sociedad.

Junto con ello, y a través de un liderazgo carismático con rasgos plebiscitarios, el gobierno consensuado por la mayoría no dejó empero de apelar a la coerción, violando las libertades cívicas de los opositores mediante la censura, la obligación de adhesión política de los funcionarios públicos, el control de los medios de difusión y aun el encarcelamiento de opositores. Puede decirse entonces que se efectivizó así un proceso de inclusión de las masas trabajadoras en la vida nacional por vía de un populismo autoritario, y que esos dos rostros del peronismo determinaron una evaluación igualmente antitética del período (que perdura hasta la actualidad), según se lo mire desde el privilegiamiento de la ciudadanía política o de la social.

Y en efecto, el fantasma de "las dos Argentinas" pareció encarnar en el período 1946-1955, ya que, aun contando el oficialismo con un apoyo electoral que en 1954 tocó prácticamente el 63%, se mantuvo una oposición irreductible siempre dispuesta a negar legitimidad al régimen gobernante. Y en rigor, la denegación era mutua: en ese mismo año el presidente Perón declaró que sólo había dos fuerzas políticas en la Argentina, y que ellas eran el pueblo y el antipueblo. De manera que, como ha señalado Buchrucker, existió en este escenario un sistema de preguntas cruzadas: los peronistas se preguntaban cómo proteger a la mayoría de las asechanzas de lo que consideraban el antipueblo, y la oposición, cómo proteger a la minoría del despotismo de la mayoría.

Estos rasgos políticos, tan rápidamente indicados, gravitaron profundamente sobre el ámbito cultural. En principio, porque la mayoría de los intelectuales se encontró de hecho o de derecho -muchos de ellos en continuidad con su militancia antifascista- formando las filas del antiperonismo. Menos son de tal modo los nombres de intelectuales reconocidos que han de encuadrarse en el movimiento gobernante (Marechal, Castelnuovo, Olivari, Carlos Astrada, Manuel Ugarte, Doll, Palacio, Jauretche, Scalabrini Ortiz, Homero Manzi, Enrique S. Discépolo, Gálvez, Delfina Bunge, Hernández Arregui, Fermín Chávez, Cátulo Castillo, Julia Pritzlutzky, César Tiempo, María Granata, Eduardo Astesano, Homero Guglielmini...), así como los de quienes le brindarán su apoyo crítico (Juan José Real, Rodolfo Puiggrós o Jorge Abelardo Ramos). Traducido al terreno de la productividad intelectual, la revista peronista Sexto Continente, dirigida por Alicia Eguren y A. Cascella, resulta ilustrativa, dado que -como señala Mariano Plotkin- no pasará de ser una "mezcla incoherente de nacionalismo, nativismo, catolicismo derechista y elogios al régimen".
En "Ideas en el siglo. Intelectuales y cultura en el siglo XX latinoamericano", Oscar Terán (coord.), Siglo Veintiuno Editores, Bs As, 2004.
 
 

miércoles, 29 de agosto de 2012

la Foto: Cooke en Cuba


 
Cuando la militancia peronista se dividía entre los partidarios de la línea dura y la línea blanda, quienes buscaban un acuerdo con el gobierno gorila y comenzaron a hostilizar a Cooke, tachándolo de comunista, es que decide irse del país. 
 
Perseguido, en 1959 abandonó Argentina y se instaló en Cuba, donde la Revolución Cubana lo conmovió profundamente y permaneció hasta octubre de 1963. Allí se entusiasmó tanto que realizó diversas tareas de apoyo al régimen, entabló amistad con Ernesto Che Guevara y su militancia lo lleva a defender la revolución, hasta con las armas en la mano, frente a la invasión de la Bahía de los Cochinos, cuando las tropas anticastristas, patrocinadas por el gobierno de los EEUU y entrenadas y dirigidas por la CIA, intentaron invadir Cuba en abril de 1961.
 
Cooke inició una larga tarea de acercamiento entre el peronismo y el castrismo, que incluyó el reclutamiento de jóvenes argentinos para ser entrenados militarmente en Cuba.

Mantuvo una intensa correspondencia con Perón, que sólo interrumpió en 1966, e intentó influirlo para que declarara su apoyo a Cuba y trocara su domicilio madrileño por La Habana.
 
A la vez, se propuso reconstruir la tradición peronista en clave cubana e impulsar a los peronistas a seguir el camino iniciado por Fidel Castro.
 
A fines de 1963, Cooke volvió a la Argentina y organizó Acción Peronista Revolucionaria, un grupo al que asistían futuros militantes como Juan García Elorrio, Fernando Abal Medina y Norma Arrostito, en donde siguió intentando la fusión entre el peronismo y el guevarismo.

 

sábado, 18 de agosto de 2012

Textuales: "Peronismo y Revolución", J.W.Cooke

"Fidel Castro rinde, ante un millón de cubanos emancipados, homenaje al padre   Camilo Torres, que murió con las armas en la mano enfrentando al imperialismo y a la oligarquía colombiana, y presenta como modelo a ese heroico sacerdote que en manifiesto al pueblo de Colombia anuncia el holocausto de su vida... Nosotros pertenecemos a ese mundo nuevo de hombres heroicos unidos por el ideal revolucionario. El mundo de Fabricio Ojeda, que renunció a su banca parlamentaria para ir a la guerrilla y murió asesinado, hace pocos días, por el ejército represor venezolano; de Luis de la Puente, Lobatón y otros mártires que combatieron por la libertad de Perú, de tantos que han caído porque amaban a su patria y amaban a los seres humanos. No eran, por cierto, almas heladas, occidentales y cristianos. Como no lo es el padre Laje, de Belo Horizonte, prisionero y torturado por la tiranía brasileña, condenado a 28 años de prisión, y que al tiempo que reafirma que no cejará en su lucha, escribe: "Es imposible acabar con el imperialismo y los grupos económicos que le hacen el juego sin recurrir a la violencia... A la violencia establecida tenemos que responder con la violencia de masas, con una Revolución Socialista, auténticamente brasileña, humana aunque violenta. Porque la violencia ya está presente. Está en todas partes, a nuestro alrededo: en el hambre, en la prostitución, en la muerte de los recién nacidos, en esos crímenes perpetrados por el imperialismo"... El frente de la revolución es una hermandad de voluntades patrióticas... para los que no quieren ser cómplices activos ni pasivos de las atrocidades yankis contra los vietnamitas, cuyos hombres, mujeres, y niños mueren quemados por el napalm y sirven para que se experimenten las armas más perversas de la tecnología imperial. Ni de los representantes locales de la explotación, dispuestos a instaurar una supuesta paz afirmada en las armas y la represión, la impotencia de las víctimas, la cobardía de los egoístas".

John William Cooke en "Peronismo y Revolución", Ed Papiro, Bs As, 1971, página 211


jueves, 16 de agosto de 2012

Cámpora y la JP, por José Pablo Feinmann

"A propósito: para todos los canallas que andan diciendo que el gobierno de Cámpora fue de los montoneros. Que toda la experiencia del ’70 fue de los Montoneros. Vean, cállense la boca. No mientan más. No-mien-tan-más. Estamos hartos de mentiras. La Juventud Peronista fue mucho más que los montoneros. Righi no consultó su discurso con ningún montonero. El lunes 8 de junio los dos tipos que nos reunimos en su despacho de procurador de la Nación teníamos un pasado en la Jotapé, pero nunca estuvimos en Montoneros. No nos gustaban los montoneros. Teníamos serias dudas sobre su conducción. Hoy decimos: “Perdía” y se nos ponen los pelos de punta. ¿Cómo pudieron tantos tipos inteligentes someterse a esa conducción? El gobierno de Cámpora fue un gobierno de la Juventud Peronista, pero no de Montoneros. Ni Cámpora ni Righi ni Juan Manuel Abal Medina ni la mayoría de los otros que lo formaban (Abal no institucionalmente, pero era un brazo fundamental de Cámpora) eran montoneros. Si quieren que les diga algo loco: yo aceptaría decir que fui más camporista que peronista. Y que hoy no reniego de Cámpora y sí del Perón que viene con Isabelita, López Rega, Osinde, Milo de Bogetich, Lastiri y muchos otros más.

En cuanto a Righi, insistamos: el hombre que da ese discurso conmovedoramente humanista formaba parte esencial (era, nada menos, que el ministro del Interior) del gobierno de la Juventud Peronista. Así que jodan un poco menos preguntándose: ¿cómo habría sido un gobierno de los montoneros y el ERP? Nunca pudo haber existido ese gobierno. Jamás podrían haberse apoderado de él. En cambio, sabemos muy bien cómo fue un gobierno de la Juventud Peronista. Fue un gobierno cuyo ministro del Interior dijo:
1) “Es habitual llamar a los policías guardianes del orden. Así seguirá siendo. Pero lo que ha cambiado, profundamente, es el orden que guardan. Y en consecuencia, la forma de hacerlo.”
2) “Un orden injusto, un poder arbitrario impuesto por la violencia, se guarda con la misma violencia que lo originó. Un orden justo, respaldado por la voluntad masiva de la ciudadanía, se guarda con moderación y prudencia, con respeto y sensibilidad humanas.”
3) “Dije que la Policía tendrá nuevas obligaciones y quiero enumerar algunas de ellas. Tendrá la obligación de no reprimir los justos reclamos del pueblo. De respetar a todos sus conciudadanos, en cualquier ocasión y circunstancia. De considerar inocente a todo ciudadano mientras no se demuestre lo contrario. De comportarse con humanidad, inclusive frente al culpable.”
4) “En la Argentina nadie será perseguido por razones políticas. Nadie será sometido a castigos o humillaciones adicionales a la pena que la Justicia le imponga.”
5) “La sociedad debe protegerse del delito, pero será ineficiente si no comienza por comprender que sus raíces no están en la maldad individual sino en la descomposición de un sistema que no ha ofrecido garantías ni oportunidades.”
6) “Las reglas del juego han cambiado. Ningún atropello será consentido. Ninguna vejación a un ser humano quedará sin castigo. El pueblo ya no es el enemigo, sino el gran protagonista.” (...)"


 

miércoles, 15 de agosto de 2012

40 años de la masacre de Trelew: histórica entrevista a Santucho, Vaca Narvaja y Osatinsky


En el Suplemento Documentos de la mítica revista chilena de izquierda Punto Final del 12 de septiembre de 1972, se relata la fuga y los fusilamientos de Trelew y una entrevista a Roberto Mario Santucho (PRT-ERP), Marcos Osatinsky (FAR) y Fernando Vaca Narvaja (Montoneros) poco antes que partieran hacia La Habana. 

Entrevista
¿Cómo se enteraron ustedes de la matanza de sus compañeros en la base aeronaval de Trelew? ¿Cuándo les llegó la noticia y cuál fue la reacción de ustedes?

SANTUCHO: Primero nos llegó a través de los diarios y de la radio. Después, en la noche del 22, nos fue confirmada por el director de investigaciones, quien nos dio los nombres de los compañeros muertos. Está claro que la acción de la dictadura fue perfectamente consciente, planificada, pensada y selectiva, en el sentido de que se dirigió contra cuadros de nuestras organizaciones, contra compañeros que expresaban lo mejor de nuestro pueblo, la vanguardia revolucionaria del pueblo argentino. El enemigo conocía su capacidad, sus características. Por el temor irracional que siente ante la lucha revolucionaria, porque ve a los revolucionarios como su enterrador, fue llevado a esta acción, pese a que se tomaron todos los recaudos, a que se movilizaron sectores del pueblo en la Argentina, organizaciones de masa, sindicales, comisiones de solidaridad.
Una semana después, la dictadura se decidió por la eliminación física de estos compañeros. Porque tal es su temor a cada uno de estos combatientes revolucionarios que prefieren afrontar todas las consecuencias políticas en una acción de este tipo y no tener que enfrentar a un grupo de compañeros como los que asesinaron. En esto son coherentes con la situación de nuestro país desde que se estableció la dictadura militar de Onganía. Desde entonces se produce esta forma de violencia desesperada del partido militar, que se debate para mantener el capitalismo en la Argentina. Frente al embate de las masas, ha creado la situación de un ejercicio de la violencia permanente contra el pueblo argentino.
Ante eso, nuestro pueblo se ha movilizado también violentamente. Ha aceptado el desafío y se expresa tanto en las movilizaciones del conjunto del pueblo como en la existencia y desarrollo de nuestras organizaciones. El pueblo argentino aceptó llevar la lucha al terreno planteado por el enemigo, y lo hace masivamente y de manera organizada.
Esta dinámica irreversible ha de continuar desarrollándose en el doble terreno de la lucha armada y la lucha no armada de las masas. En este proceso se forjarán y crecerán las organizaciones guerrilleras, convirtiéndose en fuerzas poderosas. Apoyado sobre esta fuerza militar revolucionaria, nuestro pueblo terminará por derribar al partido militar, destruir el injusto sistema capitalista y establecer una perspectiva de felicidad para nuestro pueblo y de independencia para nuestra patria en el socialismo.

¿Podría informar cuáles eran las características de los compañeros asesinados en Trelew?

SANTUCHO: Los compañeros pertenecían a un grupo seleccionado para salir. Eran los mejores compañeros. Al reducirse la perspectiva de sacar a todos, salen los compañeros más necesarios. De manera que esos diecinueve compañeros formaban el grupo de los más capaces, más experimentados y mejores que había en el penal.

¿Ustedes creen que la masacre es una represalia por la fuga?

SANTUCHO: Efectivamente. Es un derivado de la fuga y una expresión de la desesperación de la dictadura ante su incapacidad para controlar a los revolucionarios. (continúa)

Lee aquí la entrevista completa

sábado, 11 de agosto de 2012

Peronismo y Guerrilla

Comunicado del Destacamento Guerrillero "17 de octubre", de las Fuerza Armadas Peronistas (FAP), Noviembre de 1968


Los integrantes del destacamento guerrillero "17 de octubre" de las Fuerzas Armadas Peronistas, nos dirigimos al Pueblo para esclarecer nuestra posición y objetivos.

1- Pertenecemos a la nueva generación peronista nacida a la lucha en medio de las bombas asesinas del 16 de junio de 1955 en Plaza de Mayo y los fusilamientos del 9 de junio de 1956 del General Valle y sus valientes compañeros

Nuestra juventud se lanzó a la lucha por la reconquista de la "Felicidad del Pueblo y la Grandeza de nuestra Nación" y muchos de nuestros compañeros -Felipe Vallese, Mario Bevilacqua, Marcial Martinez, Santiago Pampillon y muchos mas- pagaron con sus vidas la lealtad de nuestra generación a la causa del pueblo. En medio de este ambiente de violencia -fusilamientos, represión Conintes, Leyes de Emergencia, asesinatos, proscripción sistemática de la mayoría, etc.- elegida por la oligarquía como única forma de mantener sus injustos y anacrónicos privilegios, vimos a las Fuerzas Armadas convertirse en Guardia Pretoriana del sistema, defensora de la dependencia y de la perdida de nuestra soberanía, así como en sistemáticos burladores de la voluntad popular, aun cuando ella se expresaba condicionada a las mismas reglas arbitrarias por ellos establecidas.

2- La actual dictadura militar ha aumentado la relación de dependencia con el imperialismo, mediante compromisos económicos y pactos militares nos han transformado en una colonia, conservando el privilegio de poseer -todavía-, bandera nombre propio, pero sujetos a intereses foráneos que no representan el sentir de nuestro Pueblo. Los convenios con el FMI y el Banco Mundial; la Ley de Hidrocarburos; la Ley de Defensa Civil; la instalación de bases militares extranjeras en nuestro territorio; las intervenciones a los Sindicatos; la represión al Pueblo, donde fueron muertos Mussi, Retamar, Méndez, Neuman, Hilda Guerrero de Molina y otros; la desocupación y deserción escolar; la proliferación de enfermedades endémicas; la falta total de asistencia medica gratuita; el acortamiento del termino medio de vida; el desamparo a la niñez y el alto índice de la mortalidad infantil; el abandono a su suerte de los jubilados y pensionados; los bajos salarios y la perdida del valor adquisitivo de nuestra moneda; la retracción casi increíble en la compra de artículos de consumo y de primera necesidad; la imposibilidad de acceso a la Educación Superior por parte de los Trabajadores; la institucionalización de la usura; el desconocimiento de las Leyes más elementales en materia laboral, son algunas de las "obras" que pueden presentar al Pueblo los personeros de este gobierno de facto, representante de la oligarquía cipaya mas barbara y reaccionaria.

3- Ante este estado de cosas y convencidos de la necesidad de lograr la Independencia Económica, la Soberanía Política y la Justicia Social en nuestra Patria, así como de la imposibilidad de hacerlo por otro medio que no fuera la lucha armada, grupos de jóvenes peronistas decidimos constituirnos en Fuerzas Armadas Peronistas (FAP) y al igual que nuestras montoneras gauchas y los descamisados que hicieron posible el 17 de Octubre de 1945, iniciar la guerra revolucionaria como forma de señalarle al Pueblo el autentico camino hacia su propia Liberación, como dijera nuestro Conductor: "Al pueblo solo lo salvara el pueblo", y como forma de disputarle al régimen el poder político en el único lenguaje que él entiende: el de la fuerza, cumpliendo así con el precepto constitucional de "armarse en defensa de la Patria".

4- Para ello, este Destacamento Guerrillero "17 de Octubre" se ubico en el campamento "El Plumerillo" en la localidad de Taco Ralo, en Tucumán, con la finalidad de lograr la adaptación , comprensión y capacitación de sus integrantes, para trasladarse luego a zonas mas propicias para este tipo de lucha y recién allí, iniciar la guerra.

5- Lamentablemente, por una falla en las debidas medidas de seguridad, al regresar de una marcha iniciada a las 4hrs. Del 19 de setiembre, siendo aproximadamente las 5.30hrs., y encontrándonos completamente desarmados, fuimos sorprendidos sin poder oponer la mas mínima resistencia, por una fuerza de cien hombres al mando del Jefe de Investigaciones de la Policía de Tucumán que creía encontrarse en presencia de un grupo de contrabandistas. dEsta es la verdad de nuestra detención. No hubo infiltrados, ni delatores, ni "suspicaces vecinos", ni "pacientes pesquisas" o "hábiles investigaciones", sino la casualidad más fortuita provocada por la presencia de un avión sospechoso en la zona, días antes.

6- No vamos a relatar las torturas, apremios y vejaciones de que fuimos objeto, porque no podíamos esperar otra cosa del régimen cuya representación mas autentica es, sin duda, el bastón policial. Los 28 días de incomunicación, son rotundos mentís a la pretendida legalidad de la justicia.
Simplemente queremos señalar que, fracasada la maniobra de pretender hacernos pasar por "castro-comunistas", el enemigo se encargo de hacernos aparecer como vulgares delincuentes, y responsabilizarnos de una serie de delito comunes que declaramos solemnemente no haber cometido jamas. Confiamos en que la verdad será establecida, pero fundamentalmente confiamos en el juicio del Pueblo y de Perón, nuestros únicos, auténticos y reales jueces.

7-Para derrocar a Onganía y sus lacayos solo hay un camino, la lucha armada. El camino elegido es difícil, pero es el único que conduce a la Victoria. Nuestra pequeña derrota táctica no invalida el método. Lo demuestra la presencia de treinta rangers norteamericanos y la repercusión de nuestra detención en el Pueblo.
Nuestros errores pueden servir de lección y ejemplo, pero no de negación de la única salida del Pueblo ante la violencia gorila.

El Pueblo Argentino consciente de la gravedad de la hora que atravesamos y de su responsabilidad ante la historia, debe alistarse para cumplir su misión en esta hora de los pueblos, y estrechando filas, como un solo hombre, estar listo para responder al clarín de la patria cuando llame pronto al combate libertador.
En el pasado, el General San Martín, el doctor General Belgrano, el fraile ingeniero Beltrán, el gaucho General Guemes y otros patriotas conquistaron a sangre y fuego, la independencia que en Tucumán se declaró el 9 de julio en la gloriosa etapa de liberación de la Patria de la dominación imperialista y la oligarquía vernácula. Hemos cambiado el uniforme verde oliva de los guerrilleros por el negro de los prisioneros. Pero en el monte, en la calle o la prisión, nuestro espíritu y fortaleza sigue en pie, y se multiplica en cada descamisado, en cada "grasita", en cada trabajador, que se apresta a librar la guerra total por el retorno de Peron al poder y el establecimiento definitivo de una nueva Argentina, Justa, Libre y Soberana.

"Caiga quien caiga y cueste lo que cueste. Venceremos".
"Patria o Muerte"
Destacamento Guerrillero "17 de Octubre"
De las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP)
Noviembre de 1968